Según el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el 40,6% de los argentinos (18,8 millones) vivieron en la pobreza durante el primer semestre del año. En cuanto a la indigencia, alcanzó al 8,3% de la población (casi 5 millones).
En el primer semestre del año pasado, la pobreza había sido del 40,9% y la indigencia del 10,5%. Y el 2020 terminó con un índice de pobreza de 42%, mientras que la indigencia trepó al 10,4%, el nivel más alto desde 2004.
Según los expertos, la falta de recuperación real de los puestos de trabajo y del poder de compra de los salarios evitó que los números de la pobreza muestren una mejoría relevante en los últimos meses.
Una de las razones que explica la persistencia de la pobreza es que la carrera entre los salarios y los precios fue, en la primera mitad del año -hasta donde tiene alcance el relevamiento del Indec- por algunos puntos porcentuales favorable al IPC (o desfavorable a los ingresos de los hogares), aunque al observar la composición del mercado laboral se ve una enorme disparidad entre sectores, y entre los registrados y los no registrados, consignó Infobae.
En ese sentido, los más vulnerables fueron los empleados informales. Según los últimos datos oficiales, este segmento de mercado laboral es, por lejos, el más perjudicado. Hacia junio acumulaba casi 12 puntos porcentuales de desventaja contra el ritmo de suba de precios, mientras los ingresos habían aumentado en promedio 13,8%, la inflación acumulada hasta ese momento había sido de 25,3%.